1) Es hora de que nos preguntemos, por qué gran parte de los
“ministros”, no predican ni enseñan acerca del ministerio intercesor de nuestro
Señor Jesucristo.
El ocultar esta doctrina,
tiene graves implicancias, porque como consecuencia de este ocultamiento quedan
sepultadas importantes verdades en cuanto a la naturaleza de nuestra salvación,
veamos:
El justo por la fe vivirá,
porque la fe que un día se ha recibido como un don de lo alto, no ha de
extinguirse jamás, esa fe lo guardara, lo preservara de endurecerse y
apostatar. “que sois
guardados por el poder de Dios mediante la fe, para alcanzar la salvación
que está preparada para ser manifestada en el tiempo postrero. En lo cual
vosotros os alegráis, aunque ahora por un poco de tiempo, si es
necesario, tengáis que ser afligidos en diversas pruebas, para que
sometida a prueba vuestra fe, mucho más preciosa que el oro, el
cual aunque perecedero se prueba con fuego, sea hallada en
alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo.” 1 Pe
1:5-7
Y esa fe no ha de extinguirse
jamás, porque es sostenida por la intercesión de nuestro sumo sacerdote El
Señor Jesucristo.
“Dijo también el
Señor: Simón, Simón, he aquí Satanás os ha pedido para
zarandearos como a trigo; pero yo he rogado por ti, que tu fe no
falte; y tú, una vez vuelto, confirma a tus hermanos.” Luc.
22:31-32
El Señor le prometió a Pedro
que a pesar de las duras pruebas que tendría que atravesar su fe no se
extinguiría, porque El mismo Señor rogaría para que eso no suceda.
Que el justo por la fe vivirá,
fue el gran mensaje que Habacuc recibió y esa verdad es recordada por El
Espíritu Santo en la Epístola a los Hebreos. “Mas el justo vivirá por fe; Y si
retrocediere, no agradará a mi alma. Pero nosotros no somos de los que
retroceden para perdición, sino de los que tienen fe para preservación del
alma.”Heb. 10:38-39
Note usted las implicancias de
esta declaración “no somos de los que retroceden para perdición, sino de los
que tienen fe para preservación del alma”.
La fe te arrojara en los
brazos de Dios.
La fe te hará poner la mirada
en las cosas de arriba.
La fe te hará actuar en
consecuencia, y te hará buscar resplandecer en medio de una generación maligna
y perversa.
La fe te sostendrá en medio de
la escases.
La fe te llevara a remontarte
cual águila a las alturas espirituales.
2) Es hora de que nos
preguntemos, porque la mayor parte de los predicadores al citar Juan 6:37,
mutilan el versículo mencionando solo la segunda parte del mismo, es
decir se omite deliberadamente la primera parte del versículo “todo lo que
El Padre me da vendrá a mí”, y solo se menciona la segunda parte, “al que a mi
viene no le echo fuera”.
Juan 6:37
Todo lo que el Padre me da, vendrá a mí; y al que a mí viene, no le echo
fuera. ¿Saben por
qué se hace esta omisión? La respuesta es que al hacer esta omisión se oculta
la verdad de la elección soberana de Dios. Se oculta la verdad de que no
depende del que quiere sino de quien Dios tiene misericordia. Se oculta la
verdad de que los que vienen a Cristo es porque El Padre se los ha dado en la
eternidad, y que ni uno solo de los que El Padre le ha dado a su Hijo dejaran
de venir a Él y recibir la vida eterna.
3) Es hora de que nos
preguntemos por qué una gran parte de los predicadores hablan de un supuesto
libre albedrio, que según ellos el hombre tiene para anhelar o rechazar la
salvación de su propia iniciativa.
Juan 6:44
Ninguno puede venir a mí, si el Padre que me envió no le trajere; y yo le
resucitaré en el día postrero.
La palabra “trajere”, en el
texto griego original significa arrastrar con fuerza compulsiva y este término
aparece dos veces más en el nuevo testamento, aparece en el libro de los hechos
cuando dice que Pablo y Silas fueron arrastrados a los tribunales y aparece en
Santiago cap. 2: 6.
Pero analicemos este versículo
en profundidad. Jesús está presentando ambas doctrinas, la de la total
depravación humana, y la del llamamiento eficaz, Él dice: ninguno, y en esta
declaración está implícita la verdad de que el libre albedrío no existe.
Jesucristo lo negó enfáticamente. “Ninguno puede venir a mi si mi padre no le
arrastrare con fuerza compulsiva”
¿Pero por qué Jesús afirma tan
enfáticamente que ninguno puede venir a Él?
A continuación, una serie de
pasajes se explican las razones.
2Co 4:3
Pero si nuestro evangelio está aún encubierto, entre los que se pierden está
encubierto; 2Co 4:4 en los cuales el dios de este siglo cegó el entendimiento
de los incrédulos, para que no les resplandezca la luz del evangelio de la
gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios.
1Juan
5:19 Sabemos que somos de Dios, y el mundo entero está bajo el maligno.
Efesios
2:1 Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y
pecados,
Rom. 8:7
Por cuanto los designios de la carne son enemistad contra Dios; porque no se
sujetan a la ley de Dios, ni tampoco pueden;
1Co 2:14
Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios,
porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir
espiritualmente.
Según la escritura, el hombre
sin Cristo, esta cegado por satanás y bajo su autoridad, no puede entender las
cosas de Dios ni tampoco quiere sujetarse a Dios ¿De qué libre albedrío me
hablan?
Dónde, por qué y cómo se
empezó a reemplazar la palabra de Dios por razonamientos humanos, a
continuación una pequeña reseña de este proceso que comenzó a gestarse
poco después de la reforma protestante.
Un
presente griego llamado Jacobo Arminio.
El arminianismo fue algo así
como una contrarreforma, es decir una respuesta de Roma a la reforma
protestante. Y esta contraofensiva estuvo encabezada por Jacobo Arminio,
un teólogo que comenzó a refutar y a negar gran parte de las doctrinas que
fueron sistematizadas por los reformadores Lutero y Calvino.
Ejemplos: Arminio negó
la doctrina de la elección, negó la doctrina de la total depravación humana,
negó la doctrina del llamamiento eficaz o gracia irresistible de la que son
objeto los elegidos, negó que un redimido haya de perseverar hasta el fin.
Porque fue él, quien comenzó a elaborar la antibíblica doctrina, que
enseña que la salvación se recibe por gracia pero que mantenerla depende del
esfuerzo y la capacidad humana, elaboro un concepto de la justificación
idéntico al de Roma.
Hay fuertes indicios de que
Jacobo Arminio fue un agente jesuita o como suelo decir, un caballo de Troya
introducido por Roma, cuyas larvas han comenzado a multiplicarse al final
de los tiempos dando como resultado el éxodo masivo de muchos evangélicos hacia
el seno de la gran ramera.
Lo triste y lamentable es que
verdaderos hombres de Dios han recibido estos errores doctrinales que vienen
desde el tiempo de Arminio y lo enseñan como “sana doctrina”.
Uno de los argumentos falaces
al que apelan quienes rechazan las doctrinas de la gracia que tan claramente
están reveladas en la escritura, es contraponer al calvinismo con el
arminianismo y decir que ambos sistemas cometen el error de uno sobre enfatizar
la gracia (el calvinismo) y el otro sobre enfatizar las obras (el
arminianismo). Y se refuerza el argumento diciendo que la Biblia no enseña ni
una cosa ni la otra, lo cual es cierto, pero lo que sí no es cierto es que el
calvinismo sobre enfatice la gracia.
Pero analicemos mas
detenidamente esta falaz forma de argumentación, que solo apunta a confundir y
a desinformar a los desprevenidos e ignorantes de la sana doctrina.
El calvinismo enseña la total depravación humana y la Biblia también lo
enseña.
El arminianismo enseña que el hombre tiene libre albedrío y la Biblia lo niega.
El calvinismo enseña que nuestra salvación tiene su origen en la elección
soberana de Dios y la Biblia enseña esto.
El arminianismo niega la doctrina de la elección, mientras que la Biblia lo enseña
con toda claridad.
El calvinismo enseña que Dios atrae eficazmente a todos aquellos que han sido
elegidos en la eternidad y que por lo tanto este llamamiento es irresistible, y
la Biblia también enseña esto.
El arminianismo niega el llamamiento eficaz, mientras que la Biblia enseña esta
doctrina con toda claridad.
El calvinismo enseña que a los que Dios elige, predestina y llama eficazmente,
también los justifica en forma irrevocable, y la Biblia enseña esto.
El arminianismo enseña que el mismo Juez que nos ha declarado justos y perfectos
por los méritos de Cristo podría terminar revocando esta justificación y
finalmente condenarnos, y esto no lo enseña la Biblia, sino el romanismo.
El calvinismo enseña que quienes han sido elegidos y predestinados han de
perseverar hasta el fin, en virtud no solo del propósito eterno de Dios, sino
también, por la regeneración o nueva naturaleza que han recibido, y la Biblia
también enseña esto con toda claridad.
El arminianismo enseña que la salvación se recibe por gracia, pero la
perseverancia hasta el fin depende de las obras y del esfuerzo humano, esto no
lo enseña la Biblia, y sí lo enseña el romanismo.
Respuesta a la diatriba que
intenta convencer a los desinformados de que las doctrinas de la gracia se
fundamentan en la filosofía de Calvino y Lutero.
Se pueden sostener las
doctrinas de La total depravación, La elección incondicional, La gracia
irresistible y la perseverancia hasta el fin de los redimidos sin tener
que necesariamente identificarse como calvinista, pues esas verdades no
son propiedad de Calvino ni de ningún hombre sino de Dios. Reiteramos sostener estas verdades fundamentales de la fe
cristiana no implica tener que identificarse como calvinista, por otra
parte tal cosa es en verdad irrelevante, pues este servidor solo desea ser
reconocido como cristiano fundamentado en las escrituras.
Por lo anteriormente dicho les
decimos a todos aquellos que por oponerse sistemáticamente a las doctrinas
de la gracia intentan desviar el eje de lo que esta exponiendo, tratando de
hacernos ver a quienes creemos en las Doctrinas de la Gracia como si fuéramos
seguidores de una filosofía humana, a los tales les decimos, que si al mejor
estilo Indiana Jhons alguien que estuviera vacacionado por la vieja Europa, de
repente, accidentalmente accionara un pasadizo secreto y ¡oh! descubriera
documentos con pruebas irrefutables de que Agustín, Calvino y Lutero fueron
tres falsos maestros. Aun así, con todo eso, las riquezas de la Gracia Divina
brillarían en la palabra eterna de Dios porque como ya dijimos, no se
fundamentan en ninguna filosofía humana, sino que fueron enseñadas por el mismo
Verbo hecho carne. La gracia soberana fue enseñada por el mismo Señor Jesucristo
y ahí están en los evangelios para echar por tierra todo argumento humano.
Cristo enseño la total
depravación humana: Juan 6:44
Ninguno puede venir a mí, si el Padre que me envió no le trajere; y yo le
resucitaré en el día postrero.
Pablo también la enseño y con
toda claridad:
Efesios
2:1 Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros
delitos y pecados.
Cristo enseño la elección
incondicional:
Juan
15:16 No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a
vosotros, y os he puesto para que vayáis y llevéis fruto, y vuestro
fruto permanezca; para que todo lo que pidiereis al Padre en mi
nombre, él os lo dé.
Mat
11:27 Todas las cosas me fueron entregadas por mi Padre; y nadie
conoce al Hijo, sino el Padre, ni al Padre conoce alguno, sino
el Hijo, y aquel a quien el Hijo lo quiera revelar.
Joh
6:37 Todo lo que el Padre me da, vendrá a mí; y al que a mí
viene, no le echo fuera.
Pablo también la enseño y con
toda claridad:
Rom.
9:16 Así que no depende del que quiere, ni del que corre, sino
de Dios que tiene misericordia.
Cristo enseño el llamamiento
eficaz o gracia irresistible:
Joh
6:37 Todo lo que el Padre me da, vendrá a mí; y al que a mí
viene, no le echo fuera.
Pablo también la enseño y con
toda claridad:
Rom.
8:28 Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan
a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.
Rom
8:29 Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que
fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el
primogénito entre muchos hermanos.
Rom
8:30 Y a los que predestinó, a éstos también llamó; y a los que
llamó, a éstos también justificó; y a los que justificó, a éstos
también glorificó.
Cristo enseño la perseverancia
hasta el fin de los redimidos: Juan
10:27 Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen,
Juan10:28-29
y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las
arrebatará de mi mano. Mi Padre que me las dio, es mayor que todos,
y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre.
Pablo también la enseño y con
toda claridad: Filipenses 1:6 estando persuadido de
esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará
hasta el día de Jesucristo.
Como podemos ver estas
verdades le pertenecen a Dios y se sostienen apelando a la sola escritura.
La exposición de estas
doctrinas nunca podrá ser refutada con éxito porque se fundamentan en la sola
escritura.
NOTA: Este material se pude distribuir y publicar con toda libertad siempre y cuando se respete el autor.
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