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¿ABRAHAM FUE JUSTIFICADO POR SU OBEDIENCIA?

Abraham 
Sant 2:21-24 ¿No fue justificado por las obras Abraham nuestro padre, cuando ofreció a su hijo Isaac sobre el altar?

Al responder la pregunta del encabezado debemos considerar que si Santiago cap. 2 enseñara que Abraham fue justificado por las obras, eso estaría en abierta contradicción con la clara enseñanza de la epístola de Romanos en cuanto a la justificación.

Rom 4:1 -5 ¿Qué, pues, diremos que halló Abraham, nuestro padre según la carne? Porque si Abraham fue justificado por las obras, tiene de qué gloriarse, pero no para con Dios. Porque ¿qué dice la Escritura? Creyó Abraham a Dios, y le fue contado por justicia. Pero al que obra, no se le cuenta el salario como gracia, sino como deuda; mas al que no obra, sino cree en aquel que justifica al impío, su fe le es contada por justicia.

¿Hay contradicción entre Santiago cap. 2 y la clara enseñanza del libro de Romanos en cuanto a que Abraham fue justificado por la fe y no por las obras? Absolutamente no, porque la Biblia es la inerrante palabra de Dios, y por lo tanto no puede haber contradicciones, lo que aquí tenemos es que Pablo y Santiago están hablando de dos aspectos diferentes de la justificación, MIENTRAS PABLO NOS HABLA DE LA NATURALEZA DE LA JUSTIFICACIÓN, SANTIAGO NOS HABLA DE LOS FRUTOS DE LA JUSTIFICACIÓN.

Muchos interpretan al leer este texto, que somos justificados no solamente por la fe sino que dicha justificación depende también de "las obras de fe", esto se acerca peligrosamente a ser otro evangelio. Además ésta es justamente la interpretación que Roma le da a este texto, POR ESO EN RESPUESTA A LA REFORMA PROTESTANTE ROMA CONTRATACÓ CON EL CONCILIO DE TRENTO, EN DONDE SE HIZO LA SIGUIENTE DECLARACIÓN: “MALDITO TODO AQUEL QUE AFIRME QUE SOMOS JUSTIFICADOS SOLO POR LA FE Y NO POR LAS OBRAS”, triste es decir que una gran parte de los evangélicos interpretan este texto de la misma manera que lo interpreta Roma.

Pero veamos los versículos que anteceden: Sant 2:14-16 Hermanos míos, ¿de qué aprovechará si alguno dice que tiene fe, y no tiene obras? ¿Podrá la fe salvarle? Sant 2:15 Y si un hermano o una hermana están desnudos, y tienen necesidad del mantenimiento de cada día, Sant 2:16 y alguno de vosotros les dice: Id en paz, calentaos y saciaos, pero no les dais las cosas que son necesarias para el cuerpo, ¿de qué aprovecha?

Lo que este texto enseña es que quienes han sido justificados por la fe, al igual que Abraham, esa fe se evidencia por una disposición a obedecer la palabra de Dios, es decir, la verdadera fe, la fe de los escogidos, la fe que han recibido todos aquellos que conforme al propósito eterno de Dios han sido llamados eficazmente, esa fe se evidencia por las obras. PERO LAS OBRAS SON EL EFECTO Y NO LA CAUSA DE LA SALVACIÓN.

Interpretar ese texto en el sentido que somos justificados “por obras de fe” estaría también en abierta y flagrante contradicción con lo que la Biblia enseña en cuanto a la naturaleza de la salvación solo por gracia y al margen de toda obra:
Efes2:8 -9 Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe.

2Ti 1:9 quien nos salvó y llamó con llamamiento santo, no conforme a nuestras obras, sino según el propósito suyo y la gracia que nos fue dada en Cristo Jesús antes de los tiempos de los siglos.

Tit 3:5 nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo.

Rom 11:6 Y si por gracia, ya no es por obras; de otra manera la gracia ya no es gracia. Y si por obras, ya no es gracia; de otra manera la obra ya no es obra.

La justificación descansa pura y exclusivamente en la muerte de Cristo: Rom 8:34 ¿Quién es el que condenará? Cristo es el que murió; más aún, el que también resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros.

Si como algunos creen la justificación dependiera de “las obras de fe” el texto tendría que decir así: ¿QUIÉN ES EL QUE CONDENARA? CRISTO ES EL QUE MURIO Y NOSOTROS LOS QUE HEMOS OBRADO EN FE. Pero no es eso lo que el texto dice, lo que si deja muy claro es que la justificación depende pura y exclusivamente de la muerte de Cristo.

Creer que la salvación se recibe por gracia pero se mantiene por “las obras de fe”, es precisamente lo que enseñan sectas como ROMA, TESTIGOS DE JEHOVA, MORMONES, ADVENTISTAS, ETC.

Lo que si enseña la Escritura es que LAS OBRAS SON EL EFECTO DE UNA CAUSA Y ESA CAUSA ES LA SALVACIÓN SÓLO POR GRACIA:
Efes 2:8 Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; Efes2:9 no por obras, para que nadie se gloríe. Efes 2:10 Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.

Aquí dice creados en Cristo Jesús para buenas obras , pero previamente se deja claramente expresado que la salvación no es por obras para que nadie se glorié, y aquí está el meollo de toda esta cuestión, el hombre religioso se resiste a ser despojado de no tener en que gloriarse.

La mejor conclusión a este tema es plantearse la siguiente pregunta: ¿Si la justificación dependiera de las obras de fe, en tal caso, cuantas obras de fe serían necesarias para finalmente alcanzar esa justificación? No es difícil advertir que dicho esquema doctrinal lleva a la esclavitud, y como bien planteó el teólogo Francis Scheffer en cierta oportunidad al considerar este tema ¿quién nos garantizaría que habiendo echo 100 no son 105 la medida necesaria? y precisamente la REFORMA TRAJO LIBERTAD DE ESA ESCLAVITUD. La libertad, gozo y la paz que trae consigo el comprender que nuestra salvación depende pura y exclusivamente de lo que Cristo ha hecho en su muerte y no de lo que nosotros hagamos, pues claramente Dios nos revela que somos aceptados en el Amado:

Efes 1:5-6 en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad,
para alabanza de la gloria de su gracia, con la cual nos hizo aceptos en el Amado.

ACEPTOS EN EL AMADO, porque la medida de justicia y santidad que Dios demanda para ser aceptados delante de Él, es una medida como la que Dios mismo posee, Dios nunca aceptaría algo menor a eso.

¡SÓLO A DIOS SEA LA GLORIA!


Nota: Este material se puede distribuir y publicar con toda libertad siempre y cuando se respete el autor.

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