Si bien siempre tuve la
certidumbre de que esto es bíblicamente imposible, en cierta oportunidad me
dirigí al Señor en oración para pedirle que me diera un argumento claro y
contundente para poder refutar esta herejía que tanto ha proliferado dentro de
la Iglesia de Cristo. Y la respuesta no se hizo esperar, inmediatamente estallo
una pregunta en mi mente ¿cuál es la madre de todas
las maldiciones que afectan a la raza humana? La respuesta era obvia, la madre
de todas las maldiciones era la desobediencia de Adán y Eva, pues escrito esta:
Rom 5:12 Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron.
Inmediatamente me di cuenta que El Señor acababa de responder mi petición, tenía un argumento demoledor para contrarrestar esta falsa doctrina, ¡Pues si el sacrificio de Cristo no puede dejar sin efecto una maldición generacional, entonces tampoco puede librarnos de la mayor de las maldiciones que es la eterna separación de Dios, producto de la caída del hombre en el huerto del Edén!!
¿Las malas costumbres heredadas y las enfermedades son prueba de que un cristiano puede cargar una maldición generacional?
Dicen que las enfermedades y la malas costumbres heredadas son prueba de que las maldiciones generacionales existen, sin embargo esto es falso, y además de falso intenta vaciar de contenido la gloriosa declaración inspirada que bajo inspiración divina pronunció el apóstol Pablo ¡No me avergüenzo del evangelio porque es poder de Dios para salvación!
Rom 5:12 Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron.
Inmediatamente me di cuenta que El Señor acababa de responder mi petición, tenía un argumento demoledor para contrarrestar esta falsa doctrina, ¡Pues si el sacrificio de Cristo no puede dejar sin efecto una maldición generacional, entonces tampoco puede librarnos de la mayor de las maldiciones que es la eterna separación de Dios, producto de la caída del hombre en el huerto del Edén!!
¿Las malas costumbres heredadas y las enfermedades son prueba de que un cristiano puede cargar una maldición generacional?
Dicen que las enfermedades y la malas costumbres heredadas son prueba de que las maldiciones generacionales existen, sin embargo esto es falso, y además de falso intenta vaciar de contenido la gloriosa declaración inspirada que bajo inspiración divina pronunció el apóstol Pablo ¡No me avergüenzo del evangelio porque es poder de Dios para salvación!
Aceptar esa falacia despoja de todo sentido la declaración de que el evangelio es poder de Dios para salvación. Poder de Dios no sólo para ponernos en una correcta relación con Dios mediante la muerte sustitutoria del Señor Jesucristo, sino también poder de Dios para desvanecer influencias negativas de cualquier índole, sean físicas, genéticas, morales, de lo que sea; esa teoría psicológica no tiene en cuenta que Dios tiene poder para revertir cualquier influencia negativa de la índole que sea, pues escrito esta:
1Co 6:9 ¿No sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No erréis; ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que se echan con varones, 1Co 6:10 ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los estafadores, heredarán el reino de Dios. 1Co 6:11 Y esto erais algunos; mas ya habéis sido lavados, ya habéis sido santificados, ya habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesús, y por el Espíritu de nuestro Dios.
Según estas palabras las malas influencias ancestrales de adulterio, homosexualidad, idolatría alcoholismo, delincuencia, gloriosamente se desvanecieron por la eficacia de la sangre de Cristo, pues aquí está muy claro porque textualmente dice: “y esto erais algunos de vosotros, pero ya habéis sido lavados, ya habéis sido justificados”. Evidentemente el falso argumento que se trata de presentar como evidencia de semejante falacia, se ha reducido a ruinas humeantes ante el poder de la verdad revelada.
Toda esta gente a la que Pablo hace mención, no tuvo que ir a ningún encuentro ni someterse a la esclavitud de ningún falso ungido para que “le quiebre la maldición”, tampoco tuvieron que hacer ningún pacto de dinero, simplemente creyeron porque fueron objeto de la gracia destinada a todos los elegidos desde antes de la fundación del mundo.
Nota: Este material se puede distribuir y publicar con toda
libertad siempre y cuando se respete el autor.
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