2Ti 2:1 -7 Tú, pues, hijo mío, esfuérzate en la gracia que es en Cristo Jesús. Lo
que has oído de mí ante muchos testigos, esto encarga a hombres fieles que sean
idóneos para enseñar también a otros. Tú, pues, sufre penalidades como buen soldado de Jesucristo. Ninguno que milita
se enreda en los negocios de la vida, a fin de agradar a aquel que lo tomó por
soldado. Y también el que lucha como atleta, no es coronado si no lucha
legítimamente. El labrador, para participar de los frutos, debe trabajar
primero. Considera lo que digo, y el Señor te dé entendimiento en todo.
El apóstol Pablo bajo inspiración Divina nos da tres ilustraciones de lo que es parte esencial del servicio de un hombre de Dios, cabe aclarar que el llamado a esforzarse nada tiene que ver con pretender obtener mérito para merecer la gracia de Dios, el mérito se contrapone con la gracia; mientras que el esfuerzo nos permite apropiarnos de todo lo que Dios tiene para aquellos que ya han sido justificados por los méritos de Cristo.
También es importante aclarar, que ese esfuerzo, es el efecto que produce la certeza y convicción de realidades espirituales que sólo pueden ver aquellos que por la gracia de Dios han sido engendrados como nuevas criaturas, es decir, es la fe recibida como don de Dios la que nos lleva a esforzarnos. Además el apóstol Pablo no está hablando aquí de salvación sino de servicio y de mayordomía, por cuanto la salvación solo descansa en lo que Cristo ha efectuado en su muerte y no en lo que hagan los redimidos.
1) La figura del soldado nos habla de consagración y de compromiso con los intereses del Señor, aunque eso signifique renunciar a nuestros intereses si esos intereses aunque legítimos puedan estar en conflicto con lo que Dios nos está pidiendo. Y en cuanto esto, es importante recalcar que si verdaderamente has
No podrás tener un sacerdocio bendecido si primero no asumes el compromiso que asumiría alguien que es reclutado por el ejército de su nación, en donde tus prioridades han quedado supeditadas a los requerimientos de quien te ha reclutado para formar parte de la milicia.
2) La figura del labrador nos habla de esfuerzo y trabajo duro. Si hay algo que constituye la antítesis de un labrador es la pereza. Todo el que quiera ser un instrumento de bendición tendrá que esforzarse en lo personal, tendrá que disciplinarse en su vida de oración y el estudio de las escrituras, sin oración no
hay ministerio, sin oración abundante lo único que puede haber es un montón de motivaciones erradas y desenfocadas de la voluntad de Dios, sin oración todo lo que edifiques estará compuesto no de oro, plata y piedras preciosas sino de madera, heno y hojarasca, es decir, materiales que no soportaran el fuego de la prueba.
1Co 3:13 -15 la obra de cada uno se hará manifiesta; porque el día la declarará, pues por el fuego será revelada; y la obra de cada uno cuál sea, el fuego la probará. Si permaneciere la obra de alguno que sobreedificó, recibirá recompensa. Si la obra de alguno se quemare, él sufrirá pérdida, si bien él mismo será salvo, aunque así como por fuego.
3) La figura del Atleta que para ser coronado tiene que competir de acuerdo a las reglas, nos habla de integridad, nos habla de tener una constante vigilancia de cuáles son nuestras reales motivaciones para hacer lo que supuestamente hacemos para Dios.
¿Lo que hacemos, lo hacemos para la Gloria de Dios? ¿O lo que supuestamente hacemos para Dios lo hacemos para hacernos ver? La única manera de conocer nuestras reales motivaciones es acudir una y otra vez a la presencia del Señor y pedirle que nos examine, pues sólo Dios puede penetrar a las partes más profundas de nuestro ser y discernir usando la palabra de Dios las reales motivaciones de nuestro corazón. Salmo 139:23-24 Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; Pruébame y conoce mis pensamientos; Y ve si hay en mí camino de perversidad, Y guíame en el camino eterno.
Todo redimido un día tendrá que rendir mayordomía de su vida en el tribunal de Cristo, tribunal por el que tendrán que pasar todos los salvos y en donde se decidirá si recibe o no recompensa por su servicio mientras estuvo en la tierra. 2 Co 5:10 Porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo.
¡SOLO A DIOS SEA LA GLORIA!
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