Apoc 3: 14 -17 Y
escribe al ángel de la iglesia en Laodicea: He aquí el Amén, el testigo fiel y
verdadero, el principio de la creación de Dios, dice esto: Yo conozco tus
obras, que ni eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueses frío o caliente! Pero por
cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca. Porque tú
dices: Yo soy rico, y me he enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad; y
no sabes que tú eres un desventurado, miserable, pobre, ciego y desnudo.
En el contexto de
apostasía que nos toca vivir en estos tiempos finales, sería muy conveniente
preguntarse en qué radica la tibieza de la iglesia apostata de Laodicea, qué
tan repugnante es a los ojos de Dios, que incluso El Señor les advierte de que
ellos no le pertenecen a Él. Porque cuando les dice "por cuanto eres tibio
te vomitare de mi boca", realmente les está diciendo ustedes son un cuerpo
extraño dentro mi cuerpo que es la iglesia, y si no se arrepienten un día
tendrán que escuchar las palabras más terribles:
"APARTAOS DE
MI HACEDORES DE INIQUIDAD PORQUE NUNCA OS CONOCÍ". Si hay algo que está
claro, es que El Señor les está hablando a personas no regeneradas que han caído
bajo un espíritu de engaño, que creen ser lo que no son. Porque nunca El Señor vomitaría
o condenaría a una de sus ovejas por poco espiritual que ésta sea, porque esto
estaría en abierta contradicción con aquella promesa del Señor de Juan 10: 27 –30:
Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen, y yo les doy vida
eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano. Mi Padre que
me las dio, es mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de la mano de mi
Padre. Yo y el Padre uno somos.
Y además con un
montón de pasajes que claramente enseñan que la salvación no se pierde.
Pero retomando la
pregunta, ¿en qué consiste la tibieza de Laodicea, qué tan grave es a los ojos
de Dios?
Y la respuesta es,
en su relativismo moral y doctrinal, cuando El Señor habla de esta iglesia, está
describiendo proféticamente a una iglesia infectada de postmodernidad. Y uno de
los rasgos de esta cultura postmodernista, es que en aras de la tolerancia, es
absolutamente intolerante con aquellos que quieren sostener principios
fundamentales. Por un lado proclaman ser tolerantes con los homosexuales, pero
por otro lado, a los que quieran hablar de este pecado desde una perspectiva
bíblica se los amenaza con leyes “antidiscriminatorias”, que por ejemplo en USA
(esto está en etapa muy avanzada) y bajo la carátula de ley de crímenes de odio
se contempla hasta 30 años de prisión, para aquellos que se atrevan a señalar
esto como pecado.
Una iglesia
infectada de postmodernidad es una iglesia que sostiene aquel falso dilema, EL
AMOR Y LA UNIDAD, O LA DOCTRINA Y LA VERDAD. O EN OTRA PALABRAS, según estos
falaces “EL AMOR UNE Y LA DOCTRINA DIVIDE.
Una iglesia
infectada de postmodernidad, es una iglesia en donde las principios los
establece el hombre y no Dios. Es por esto que un apostata como Rick Warren
diga con toda impunidad que no es aconsejable enseñar doctrina dentro de la
iglesia, y hasta se permita contratar a líderes de la nueva era para preparar a
los líderes de la iglesia de Sadelbat.
A gran parte de los
que profesan ser cristianos hoy en día, les resulta inaceptable el que alguien
esté determinado a sostener principios fundamentales. Pero este tipo de
cristianismo tampoco hubiera podido entender la dura actitud de los apóstoles,
hacia quienes enseñaban una doctrina diferente.
Se hubieran
indignado con el apóstol Pablo que entregó a satanás a quienes enseñaban que la
resurrección ya se había efectuado.
Hubieran repudiado
el que Pablo declarara maldito a los que perturbaban a los gálatas, enseñando
una salvación de fe más obras.
A esta cultura
postmoderna le encanta tildar de fanático y sectario a todo aquel que enarbola
absolutos morales y doctrinales. Y este rasgo postmodernista, también se ha
metido en la iglesia y para tal fin, el enemigo ha logrado torcer la
interpretación de aquel mandamiento del Señor, “no juzgaseis para que no seas
juzgados”. Y la errónea interpretación de este mandato, garantiza total
impunidad a los falsos maestros que asolan la cristiandad en estos días
finales.
Cuando la escritura
nos advierte que la venida del Señor estaría precedida por una gran apostasía,
también nos advierte que la principal característica de esta apostasía sería la
auto exaltación del hombre. Y este precisamente es el espíritu que impera en
Laodicea, que proféticamente y como ya dijimos es la iglesia apostata.
Y Laodicea es una
iglesia que tiene un espíritu de réplica para con Dios. Por eso El Señor les
recuerda: "tú dices yo soy rico y me he enriquecido y de nada tengo
necesidad". Por esta declaración es obvio que Laodicea, había abandonado
la palabra de Dios para reemplazarla por doctrinas de demonios.
Y es exactamente lo
que está sucediendo actualmente. El Señor ha dicho que viene juicio sobre este
mundo. Que la maldad iría en aumento con un escenario similar a los días de Noé,
pero Laodicea dice: no, nosotros no podemos guiarnos por esa escatología del desastre
¡eso es no tener visión!! ¡¡Somos cristianos y estamos para impactar a la
sociedad!! ¡¡Sólo tenemos que visualizar el mundo entero y sus gobiernos a los
pies de Cristo y decretarlo!!
El Señor dice: todo
el que quiera ser mi discípulo tome su cruz y niéguese a sí mismo. O lo que es
lo mismo renuncia a tus sueños. Pero la réplica de Laodicea es: sueña, sueña, sueña
y alcanza tus sueños.
El Señor dice: no
os hagáis tesoros en la tierra, sino aseos tesoros en los cielos. Pero la réplica
de Laodicea es: no, Jesús nunca pudo haber querido decir eso, porque Dios
quiere que todos sus hijos sean ricos.
El Señor dice: mi reino
no es de este mundo, pero la réplica de Laodicea es: no, la iglesia va a
conquistar y gobernar cristianamente el mundo. Y lo que realmente están
haciendo con esto es codiciar los reinos que El Señor rechazo en la tentación
del desierto.
Y todas estas proclamas,
no son más que una repugnante manifestación de la auto exaltación humana que es
característica de una iglesia que ha rechazado la palabra de Dios.
Y finalmente uno de
los textos más duros del nuevo testamento 2 Tesal 2:8 -12 Y entonces se manifestará
aquel inicuo, a quien el Señor matará con el espíritu de su boca, y destruirá
con el resplandor de su venida; inicuo cuyo advenimiento es por obra de
Satanás, con gran poder y señales y prodigios mentirosos, y con todo engaño de
iniquidad para los que se pierden, por cuanto no recibieron el amor de la
verdad para ser salvos. Por esto Dios les envía un poder engañoso, para que
crean la mentira, a fin de que sean condenados todos los que no creyeron a la
verdad, sino que se complacieron en la injusticia.
Nota: Este material se puede distribuir y publicar con toda
libertad siempre y cuando se respete el autor.
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