Esta reflexión surgió a raíz de la pregunta realizada por una persona,
respecto a qué podían hacer los cristianos frente a un escenario en donde en su
país había asumido un presidente comunista y lo que sigue fue mi respuesta:
No debemos centrarnos en lo que podemos, porque eso significa
encuadrarnos dentro de las limitaciones humanas, sino que tenemos que
centrarnos en lo que debemos, porque eso implica centrarnos en aquellas obras
que Dios preparo de antemano para que andemos en ellas (Efesios 3:10). Es
decir, eso implica centrarnos en el propósito de Dios para cada uno de sus
hijos, y en tal caso podemos tener la absoluta y plena seguridad que contaremos
con todo lo que necesitamos para hacer esas obras que Dios preparo de antemano.
Podemos contar con la gracia suficiente, con todos los recursos, con todo lo
que sea necesario sin que absolutamente nada lo pueda limitar o impedir. Nada
absolutamente nada, y eso incluye al tipo de gobierno bajo el cual tengamos que
estar.
Centrarnos en lo que debemos y no en lo que podemos, nos tiene que
llevar a entregarnos a una incesante búsqueda en oración, ofreciéndonos en
sacrificio vivo a Dios para así poder entender cuál es la perfecta voluntad de
Dios para nuestras vidas (Romanos 12: 1-2). Y cuando esa es nuestra actitud,
entonces se cumplirá aquella promesa tan sublime dada por El Señor Jesucristo a
sus discípulos; Juan 15: 14-17
14 Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando. 15 Ya no os
llamaré siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor; pero os he
llamado amigos, porque todas las cosas que oí de mi Padre, os las he dado a
conocer. 16 No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros, y
os he puesto para que vayáis y llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca; para
que todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, él os lo dé. 17 Esto os mando:
Que os améis unos a otros.
El Dios Todopoderoso hecho hombre en la persona de Jesucristo nos
promete que, SI HACEMOS LO QUE DEBEMOS, es decir, si hacemos lo que Él
amorosamente nos manda, Él no nos considerara siervos sino sus amigos, y además
nos promete QUE TODO LO QUE PIDAMOS AL PADRE EN SU NOMBRE EL LO HARÁ. Y esto
último, nos habla de un tipo de oración que emana de corazones consagrados que
entran en sintonía con la perfecta voluntad de Dios al punto de que comenzamos
a pedir aquellas cosas que están en la voluntad de Dios, QUIEN POR
CONSIDERARNOS SUS AMIGOS NOS COMUNICA SUS PLANES Y AQUELLAS COSAS POR LAS QUE
DEBEMOS ORAR, tal como Dios le comunicó a su amigo Abraham de que iba a
destruir Sodoma y eso llevó a Abraham a interceder por su sobrino Lot. Oración
que fue gloriosamente contestada, enviando Dios ángeles para advertir a Lot,
pues de esa manera responde Dios a aquellos a quienes además de hijos considera
sus amigos.
Y, por último, centrarnos no en lo que podemos sino en lo que debemos,
nos lleva a considerar aquella promesa hecha al remanente de Filadelfia que
representa al remanente de este tiempo final que nos toca atravesar:
Apocalipsis 3: 8 Yo conozco tus obras; he aquí, he puesto delante de ti
una puerta abierta, la cual nadie puede cerrar; porque, aunque tienes poca
fuerza, has guardado mi palabra.
NADA, ABSOLUTAMENTE NADA, PUEDE CERRAR LA PUERTA ABIERTA POR DIOS PARA
QUE SUS HIJOS PUEDAN EJECUTAR AQUELLAS OBRAS QUE DIOS PREPARÓ PARA CADA UNO DE
ELLOS, NO HAY GOBERNANTE POR IMPÍO Y DESPIADADO QUE SEA, QUE PUEDA CERRAR ESA
PUERTA ABIERTA POR DIOS; ALELUYA.
Soli Deo Gloria.
Nota: Este material se puede distribuir y publicar con toda
libertad siempre y cuando se respete el autor.
Comentarios
Publicar un comentario
Gracias por comentar