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LA UNIÓN CON CRISTO MEDIANTE EL BAUTISMO DEL ESPÍRITU

1 Cor. 12:13 Porque por un solo Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo, sean judíos o griegos, sean esclavos o libres; y a todos se nos dio a beber de un mismo Espíritu.

 

Bautizar en un cuerpo a todos los que formarían parte de la iglesia, es el principal objetivo que ha venido a cumplir El Espíritu Santo desde aquel Pentecostés. Está claro que también ha venido a convencer de pecado a los escogidos, pero esa no es la razón principal de su venida, por cuanto eso lo hacía desde mucho antes de Pentecostés. Es decir, desde el mismo principio de la historia humana y sin necesidad de tener un ministerio de residencia en la tierra como lo tiene actualmente y como lo tendrá hasta el día del arrebatamiento.

 

Está escrito en el Salmo 65:4 Bienaventurado el que tú escogieres y atrajeres a ti, Para que habite en tus atrios; Seremos saciados del bien de tu casa, De tu santo templo.

 

El Espíritu Santo, tal como lo describe el Salmo 65:4 atrajo a los escogidos del Antiguo Testamento. El Espíritu atrajo a Adán y a su mujer para que recibieran el protoevangelio de Génesis 3:15. El Espíritu Santo también atrajo a Set, a Enoc, a Noé y a todos los santos del Antiguo Testamento, incluyendo a los dos millones de personas que fueron salvadas en Nínive en el tiempo de Jonás.

 

En todos los casos todos fueron atraídos a la salvación pero NINGUNO DE ELLOS FUE BAUTIZADO EN UN SOLO CUERPO, tal como lo simboliza gloriosamente el candelero de oro labrado a martillo que estaba en el tabernáculo que además de ser labrado a martillo, lo cual hablaba de los futuros sufrimientos del Calvario, también requería el que fuera de una sola pieza, lo cual habla de la gloriosa provisión del Nuevo Pacto, que hace posible que cada miembro de la iglesia SEA BAUTIZADO POR EL ESPÍRITU SANTO EN LA MUERTE Y RESURRECCIÓN DE JESUCRISTO. SIENDO UNIDOS A ÉL ETERNAMENTE Y PARA SIEMPRE, PORQUE ESA UNIDAD ES INDESTRUCTIBLE.

 

Es a esta realidad espiritual a la que se refiere Efesios capítulo 2: 5-6 aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos), y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús.

 

Considerar estas verdades, nos llevan a la inequívoca conclusión DE QUE LA IGLESIA DE CRISTO COMENZÓ A EXISTIR A PARTIR DE PENTECOSTES, Y NO ANTES COMO ENSEÑAN ALGUNOS. LA UNIÓN CON CRISTO MEDIANTE EL BAUTISMO DEL ESPÍRITU SANTO, ES UNA DE LAS GLORIAS A LAS QUE SE REFIERE LA ESCRITURA EN 1 de Pedro 1: 10- 12.

10 Los profetas que profetizaron de la gracia destinada a vosotros, inquirieron y diligentemente indagaron acerca de esta salvación, 11 escudriñando qué persona y qué tiempo indicaba el Espíritu de Cristo que estaba en ellos, el cual anunciaba de antemano los sufrimientos de Cristo, y las glorias que vendrían tras ellos. 12 A éstos se les reveló que no para sí mismos, sino para nosotros, administraban las cosas que ahora os son anunciadas por los que os han predicado el evangelio por el Espíritu Santo enviado del cielo; cosas en las cuales anhelan mirar los ángeles.

 

Haber sido unidos a Cristo mediante el bautismo del Espíritu Santo lleva a tener un tipo de unidad entre los miembros del cuerpo, equivalente a la unidad que existe entre las Personas de la Trinidad, y es a eso a lo que el Señor se refería en su oración sacerdotal cuando rogó al Padre que quienes habrían de creer sean uno, como Él y el Padre lo son, y esto explica por qué muchas veces nos ha sucedido que estamos ante una persona que aunque no nos ha dicho que es creyente lo percibamos como tal, y eso se debe a que todos somos uno en Cristo.

 

Está por demás claro que el bautismo del que se habla en 1 de Cor.12:13 nada tiene que ver con el hablar en lenguas sino con la salvación misma.


Nota: Este material se puede distribuir y publicar con toda libertad siempre y cuando se respete el autor.

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