Salmo 23:1-6 Jehová es mi pastor; nada me faltará. En lugares de delicados pastos me hará descansar; Junto a aguas de reposo me pastoreará. Confortará mi alma; Me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre. Aunque ande en valle de sombra de muerte, No temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; Tu vara y tu cayado me infundirán aliento. Aderezas mesa delante de mí en presencia de mis angustiadores; Unges mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando. Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida, Y en la casa de Jehová moraré por largos días.
Angosto es el camino que lleva a la vida eterna; y es angosto porque
todas las circunstancias que forman parte de su recorrido, están determinadas
por la Divina providencia proveyendo todo lo necesario para que quienes han
sido elegidos para transitar ese camino no se salgan de él, y cuando decimos
todo lo necesario, nos estamos refiriendo a la disciplina, a las pruebas, a la
adversidad que continuamente nos arroja en manos de nuestro Padre recordándonos
en todo momento de cuan necesitados somos de su Gracia.
Este camino angosto que lleva a la vida, está maravillosamente expresado
en el salmo 23, pues se nos habla de una vara y de un cayado; la vara habla de
disciplina para que andemos por sendas de justicia, es decir, para que
participemos de la santidad, y el cayado nos habla de la gracia suficiente que
El Pastor de los pastores otorga, para que sus ovejas no se aparten del rebaño,
es decir, para preservarlos de la apostasía.
El valle de sombra de muerte nos habla de aquellas circunstancias que
constantemente nos hacen buscar el rostro de nuestro Padre, para así descubrir
toda vez que lo hacemos que una mesa esta aparejada para que nuestra alma sea
confortada y fortalecida.
Las últimas palabras del Salmo, nos aseguran que, a pesar de lo angosto
de este camino, el bien y la misericordia son nuestra retaguardia, y la
seguridad de que finalmente llegaremos a nuestro hogar celestial, pues se nos
termina asegurando que en la casa de Jehová moraremos por largos días, es decir,
por toda la eternidad.
¡Solo a Dios sea la Gloria!
Nota: Este material se puede distribuir y publicar con toda libertad siempre y cuando se respete el autor.
Comentarios
Publicar un comentario
Gracias por comentar