En cierta oportunidad, expresándole en oración a Dios, el que me sentía
abrumado por una serie de cuestiones que tenía que afrontar, con los
consiguientes problemas aparejados que había que resolver, El Señor respondió a
mí oración llevándome a considerar a Noé. Y en lo primero que pensé al meditar
en Noé y en la obra portentosa que por la fe pudo llevar a cabo, fue que lo que
a nosotros nos lleva solo unos minutos leer en los capítulos del Génesis, a Noé
le llevó décadas, teniendo que enfrentar en el día a día, problemas que se iban
presentando a medida que avanzaba en lo que El Señor le había llamado a hacer.
Fácil es leer el relato, pero podemos tener la plena seguridad que, en más
de una oportunidad, Noé se debió sentir abrumado, sobrepasado por los desafíos
que iban apareciendo. Más de una vez el desánimo de Noé habrá llegado al punto
de que las dudas inundaron su mente de, si tal vez era Dios quien lo había
llamado a meterse en algo así. Pero una y otra vez LA FE EN EL DIOS VIVO LE
LLEVARÍA AL CONVENCIMIENTO DE QUE PARA DIOS NO HAY ABSOLUTAMENTE NADA IMPOSIBLE
Y QUE EN DIOS HALLARÍA LA RESPUESTA Y LA MANERA DE ENFRENTAR LOS PROBLEMAS
ASOCIADOS A SEMEJANTE EMPRESA.
Noé, ese hombre con pasiones y debilidades semejantes a las nuestras FUE
EL INSTRUMENTO USADO POR DIOS PARA UN GRAN REINICIO, PARA UN NUEVO COMIENZO.
Al igual que le sucedió a Noé, a todos aquellos que fuimos llamado a
transitar este camino angosto muchas veces se nos presentaran desafíos,
circunstancias y problemas que a los ojos humanos parecerán no tener solución,
pero que en nuestra dependencia de Dios todo obstáculo que se interponga en el
propósito de Dios para cada uno de sus escogidos, hallaremos en El Señor la guía,
la dirección y la fortaleza que necesitamos para seguir adelante haciendo la
obra que Dios preparó de antemano para cada uno de nosotros.
Solo a Dios sea la Gloria.
Nota: Este material se puede distribuir y publicar con toda libertad siempre y cuando se respete el autor.
Comentarios
Publicar un comentario
Gracias por comentar