He
escuchado muchas interpretaciones sobre la blasfemia contra el Espíritu Santo,
pero para responder esa pregunta consideraremos dos premisas de suma
importancia que nos darán la clave para hallar la respuesta a esa interrogante.
La primera
premisa que debemos considerar, es que hay todo un cuerpo de verdad referente a
la gracia que nos asegura que es absolutamente imposible que un escogido cometa
ese pecado. En tal caso cabría preguntarse ¿Escogidos para qué? ¿Será que los
propósitos de Dios de salvar a aquellos que Él ha escogido eventualmente
podrían frustrarse?
Pero además ¿En dónde quedaría entonces la eficacia de la regeneración? ¿Dónde quedaría la eficacia de la intercesión que nuestro Sumo Sacerdote efectúa a favor de cada una de sus ovejas? ¿Y dónde la eficacia de la intercesión que El mismo Espíritu Santo efectúa a favor de cada uno de aquellos en quienes habita?
Y la
segunda premisa que vamos a considerar es, que si hablamos del resto; es decir,
si hablamos de aquellos que se pierden, según la clara enseñanza del Señor
Jesucristo, la condenación consiste en que no quieren venir a la luz para que
sus malas obras sean reprendidas, porque precisamente aborrecen la luz, y en
eso radica la condenación Juan 3:19-20.
Ahora
teniendo estas dos premisas en perspectiva estoy persuadido que no tiene
sentido hurgar en qué consiste dicho pecado, porque dicha advertencia fue hecha
durante el ministerio del Señor Jesucristo, antes de su sacrificio
propiciatorio y ya no tiene aplicación para la edad presente, por cuanto tal
pecado, solo podía ser cometido durante el ministerio del Señor Jesús en la
tierra.
Creo además que el hurgar en qué consiste ese pecado tiene que ver con el arminianismo y su tenebrosa perspectiva, que un verdadero redimido pudiera cometer tal pecado y terminar perdiéndose, lo cual además de constituir una ofensa a Dios, es una herejía. Y precisamente montándose en esa herejía, los espíritus demoníacos suelen usar esas falsas interpretaciones para sumir a los hijos de Dios en terribles incertidumbres, haciéndoles creer que ellos han cometido ese pecado, lo cual resulta ser desbastador para esos verdaderos cristianos que ignoran doctrinas tan importantes como la elección incondicional, y la seguridad de la salvación.
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libertad siempre y cuando se respete el autor.
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