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¿LA LEY MORAL, ES DECIR, LOS MANDAMIENTOS SIGUEN VIGENTES PARA EL CRISTIANO?

Hagamos el siguiente análisis para responder a esa importante pregunta:
¿La fornicación sigue siendo pecado? Desde luego que es pecado.
¿El adulterio sigue siendo pecado? Desde luego que es pecado.
¿El matar sigue siendo pecado? Desde luego que es pecado.
¿El codiciar sigue siendo pecado? Desde luego que es pecado
¿La idolatría sigue siendo pecado? Desde luego que es pecado.

Todas estas cosas que forman parte de la ley moral siguen siendo pecado aunque estemos bajo la gracia, LA DIFERENCIA RADICA EN QUE YA LA LEY NO ES UN SISTEMA DE MÉRITO PARA SER JUSTIFICADO, SINO UN MARCO DE REFERENCIA que nos permite saber si en verdad hemos sido justificados por la fe, porque la reacción que tengamos frente a esos mandamientos, nos dará la evidencia de si estamos o no estamos regenerados por la gracia Divina, o en otras palabras nos dará la pauta de si en verdad la Ley de Dios ha sido escrita en nuestras mentes y en nuestros corazones, pues escrito esta:
1Jn 3:9 Todo aquel que es nacido de Dios, no practica el pecado, porque la simiente de Dios permanece en él; y no puede pecar, porque es nacido de Dios.

Es decir, quien ha sido regenerado por el Espíritu Santo no puede pecar impunemente sin experimentar la acuciante necesidad de confesar a Dios y clamar por perdón y limpieza, esa es la actitud que un regenerado tiene hacia la ley de Dios, y esa reacción es efecto de una causa y esa causa es que la ley de Dios que ahora está escrita en su mente y en su corazón. Caso contrario, quien puede pisotear los mandamientos de Dios sin experimentar la necesidad de arrepentirse, está evidenciando que el tal es mentiroso, porque el que practica el pecado es del diablo:
1Jn 3:8 El que practica el pecado es del diablo; porque el diablo peca desde el principio. Para esto apareció el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo.

Cabe señalar que aunque en el antiguo pacto, LA LEY ERA UN SISTEMA DE MÉRITO PARA ALCANZAR LA JUSTIFICACIÓN, aun así nadie podía ser justificado cumpliéndola, porque el verdadero objeto de la ley no era proveer un medio de salvación, sino una etapa preparatoria para LA GRACIA. El apóstol Pablo deja muy en claro que aún en el antiguo pacto nadie se salvaba por las obras sino por gracia, es decir, aún en el tiempo de la Ley como sistema de mérito, quienes se salvaban, se salvaban porque Dios a quienes escogía (Sal 65:4) por pura gracia les atribuía justicia sin obras, y es precisamente a eso que se refiere David cuando dice:
Rom 4:6 Como también David habla de la bienaventuranza del hombre a quien Dios atribuye justicia sin obras, Rom 4:7 diciendo: Bienaventurados aquellos cuyas iniquidades son perdonadas, y cuyos pecados son cubiertos. Rom 4:8 Bienaventurado el varón a quien el Señor no inculpa de pecado.

Todas estas consideraciones echan por tierra, las falsas acusaciones de las que somos objeto los dispensionalistas, cuando se nos acusa de ser antinomianos o de enseñar dos sistemas de salvación.

¿Y QUÉ EN CUANTO AL SÁBADO? ¿DEBE UN CRISTIANO GUARDAR EL DÍA SÁBADO?
El sábado es un mandamiento perpetuo para la nación de Israel y si no entendemos que Israel y la iglesia son dos grupos diferentes con promesas diferentes, y además dos grupos a quienes se les ha dado instrucciones diferentes no podremos entender lo del día sábado.

Tengamos en cuenta que en Hechos cap.15 se nos informa acerca de un hecho muy importante para la Iglesia de Cristo, que es el primer concilio eclesiástico, que tuvo lugar para tratar asuntos doctrinales que concernían a los nuevos convertidos, donde el gran interrogante que se planteó en dicho concilio es: ¿Qué hacemos con los gentiles convertidos al evangelio? ¿Tienen ellos que guardar la ley de Moisés?

Y la gran premisa que establecen los apóstoles bajo la dirección del Espíritu Santo, es que hacer tal cosa sería tentar al Espíritu Santo (Hechos 15:10-11) porque sería imponer a los nuevos convertidos un pesado yugo ya que ningún ser humano pudo cumplir la ley, la ley no fue dada como medio de salvación sino para llevarnos a Cristo.

Ahora el hecho importante de este concilio y que arroja luz sobre el sábado y la iglesia, es que los apóstoles dan un par de instrucciones para los nuevos convertidos gentiles, y en esas instrucciones no figuran guardar el sábado; esto es de tremenda importancia porque si el sábado fuera para la iglesia, la indicación apostólica de guardalo tendría que haber formado parte de esa lista de instrucciones que se daban para las iglesias que comenzaban a formarse (Hech. 15:29).

Dios no ha reemplazado el día sábado por el día domingo, Dios ha reemplazado el sábado por Jesucristo, él es nuestro verdadero descanso, a quienes se les dio tal mandamiento no tenían la gloriosa bendición que tiene alguien que es nueva criatura en Cristo, en virtud de lo cual es unido a la muerte y resurrección del Señor Jesucristo, siendo esto una realidad tan gloriosa que se puede afirmar que quienes están en Cristo están sentados con Cristo en lugares celestiales (Efesios 2:6), Cristo es nuestro sábado, Cristo es nuestro eterno descanso. El sábado era una señal para quienes no poseían lo que un cristiano posee.

Conclusión: COMO SISTEMA DE MÉRITO PARA ALCANZAR LA JUSTIFICACIÓN, LA LEY YA NO ESTÁ VIGENTE, PERO SÍ LO SIGUE ESTANDO COMO MARCO DE REFERENCIA DE LO QUE ES EL PECADO.


¡Solo a Dios sea la Gloria!

Nota: Este material se puede distribuir y publicar con toda libertad siempre y cuando se respete el autor.

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