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ENOC, UN PODEROSO REFERENTE DE TODOS AQUELLOS QUE SERÁN ARREBATADOS, ANTES DE QUE COMIENCE LA GRAN TRIBULACIÓN.

Hebreos 11:5
“Por la fe Enoc, fue traspuesto para no ver muerte, y no fue hallado, porque lo traspuso Dios; y antes que fuese traspuesto, tuvo testimonio de haber agradado a Dios.”

Enoc fue el primer hombre en ser arrebatado al cielo.

Enoc fue un escogido de Dios; es decir, un depositario de aquella fe que traslada de las tinieblas a la luz a todos aquellos que por Gracia la reciben como un don de Dios.

Es de suma importancia considerar lo que esa fe hizo con éste hombre, a quien precisamente se le ubica en la galería de los héroes de la fe. Donde por ejemplo, nos encontramos que por esa misma fe un hombre como Noé, siendo advertido acerca del Juicio que vendría sobre el mundo, consagró todas sus energías y recursos para abocarse a preparar con temor el arca.

También nos encontramos que por esa misma fe, Abraham, salió del lugar donde estaba obedeciendo el llamado de Dios, viviendo una vida de entrega y obediencia, al punto de no negarse a ofrecer a su propio hijo.

Hay toda una larga lista de hechos portentosos, de renunciamientos, de actos heróicos, de entrega y abnegación, y todo como consecuencia directa de esa misma fe que tuvo Enoc y que tienen todos aquellos que han sido llamados por Dios.

Para saber más acerca de Enoc tenemos que retrotraernos hasta los albores de la humanidad. En el libro de Génesis, encontramos información de suma importancia a la hora de considerar a éste referente de todos aquellos que, por haber recibido la fe de los escogidos al igual que Enoc, serán arrebatados a los cielos cuando Cristo venga por su Iglesia.

Génesis 5:21-24
21 “Vivió Enoc sesenta y cinco años, y engendró a Matusalén.” 22 “Y caminó Enoc con Dios, después que engendró a Matusalén, trescientos años, y engendró hijos e hijas.” 23 “Y fueron todos los días de Enoc trescientos sesenta y cinco años.” 24 “Caminó, pues, Enoc con Dios, y desapareció, porque le llevó Dios.”

En el versículo 22 del Capítulo 5 de Génesis, nos encontramos con la siguiente declaración: “Y Camino Enoc Con Dios, Después Que Engendró A Matusalen”.

La pregunta que inmediatamente surge es: ¿Por qué Enoc caminó con Dios después de haber engendrado a Matusalén? Y la respuesta a ésta pregunta está en el nombre Matusalén, que significa: “Cuando Él Muere, Es Enviado”.

El que Enoc haya puesto a su hijo por nombre Matusalén, guarda relación directa con una revelación que Enoc recibió acerca de que cuando su hijo muriera vendría un juicio sobre el mundo entero, es decir, el diluvio.

Enoc había recibido la fe de los escogidos, y es muy probable que ésta transformación haya coincidido con el nacimiento de su hijo, que como ya dijimos, en fe a la palabra recibida, le pone un nombre que guardaba estrecha relación con esa revelación.

¿Cuál es la enseñanza para nosotros?,
Pues que la verdadera fe nos arranca del sistema del mundo y nos lleva a considerar la Palabra de Dios, y actuar de acuerdo a esa palabra.

¿Quién podría decir que tiene la fe de los escogidos, aquella fe que poseen todos los que han de tomar parte en el Rapto, y al mismo tiempo vivir despreocupada y licenciosamente en el camino ancho?, En tal caso esa fe no sería la de los escogidos, sino la de los demonios (Como enseña Santiago, Capítulo 2, Versículos del 19 al 20) por cuanto, la verdadera fe vence al mundo (Como dice Primera de Juan, Capítulo 5, Versículo 4).

La verdadera fe, la fe que tuvo Enóc, nos lleva a la santificación progresiva, pues escrito está en 1 Juan 3:2-3,
2 “Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él es.”, 3 “Y todo aquel que tiene esta esperanza en él, se purifica a sí mismo, así como él es puro.”

Conclusión:
Enoc es todo un referente de aquellos que verdaderamente tienen la fe de los escogidos.
Enoc caminó con Dios, y antes de ser arrebatado tuvo testimonio de haber agradado a Dios.
Y de igual manera, todo aquel que ha nacido de Dios al igual que Enoc, la fe le llevará a resplandecer, como luminar en medio de una generación maligna y perversa.
El testimonio de Enoc es todo un espejo en el que nos debemos mirar, para saber si en verdad tenemos la fe de los escogidos o la fe de los demonios.

1 Juan 5:4, dice:
“Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe.”


Nota: Este material se puede distribuir y publicar con toda libertad siempre y cuando se respete el autor.

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